APOYO PSICOLóGICO PARA LAS PERSONAS AFECTADAS POR LAS LLUVIAS E INUNDACIONES.
Reacciones normales ante una situación anormal:
Durante las primeras fases de un acontecimiento traumático, la emoción prevaleciente es el miedo y las acciones que se llevan a cabo están dirigidas a la atención inmediata de los afectados.
Sin embargo, ante una situación anormal, surgen sentimientos y emociones normales y naturales. Cada persona experimentará sus emociones de forma diferente y el recuerdo de los eventos será parte de su vida. Cada quien y a su propio ritmo irá superando las huellas que el evento ha dejado en su memoria.
Algunas de las reacciones que pueden experimentarse son las siguientes:
Niños de 1 a 7 años
SÍNTOMAS
Desamparo, pasividad. Miedo generalizado. No quiere hablar. Pesadillas. No quieren separarse de sus padres. Juegos repetitivos acerca del evento traumático. Preguntas relacionadas con sus intereses. Agresión
RECOMENDACIONES
Dar apoyo, consuelo y descanso. Dejar que jueguen, pinten etc. acerca del evento traumático. Dar respuestas claras y concretas a sus preguntas. Ser pacientes. Ayudarlos a ponerle nombre a lo que sienten.
Niños: de 8 a 11 años
SÍNTOMAS
Sentirse preocupados o responsables por el evento. Miedo a estar solos. Jugar o hablar repetidamente del hecho. Problemas de atención. Alteraciones del sueño. Preocupación extrema por ellos y los demás. Sentirse inquietos y confundidos. Agresión.
RECOMENDACIONES.
Ayudar a expresar sus fantasías secretas sobre el evento. Ayudarlos a identificar y hablar sobre sus recuerdos y angustias. Alentar la expresión de sentimientos. Decirles la verdad. Explicarles que sus reacciones son normales.
Adolescentes: 12 a 18 años
SÍNTOMAS
Culpa por haber sobrevivido. Desinterés por la vida. Pena, vulnerabilidad. Miedo. Conductas autodestructivas. Cambios en la conducta habitual y en sus relaciones con los otros. Deseos y planes de venganza.
RECOMENDACIONES
Fomentar discusiones sobre las situaciones y los sentimientos asociados a ellas. Hablar claro y ubicarlos en la realidad. Ayudarlos a entender que sus reacciones son normales y que es necesario que no den cambios bruscos en sus vidas.
Adultos:
SÍNTOMAS
Confusión para pensar. Problemas para dormir. Cambio en los hábitos alimenticios. Disminución de la resistencia a las enfermedades. Sentimiento de impotencia. Aislamiento y abandono. Intensa preocupación por otros. Temblores musculares. Problemas de concentración y memoria. Taquicardia. Culpabilidad por haber sobrevivido. Recuerdos muy vivos del evento. Desorientación. Dificultades para retornar al nivel normal de actividad. Llanto, fatiga, frustración, miedo, irritabilidad. Pánico.
RECOMENDACIONES
Hablar con otras personas. Compartir sentimientos y pensamientos con otros. Buscar compañía. Darse el permiso de sentirse mal. Realizar ejercicios físicos suaves, alternados con relajación. No tratar de disminuir el dolor usando alcohol o drogas. Llevar su itinerario de vida lo más normalmente posible. Escribir durante las horas de insomnio. Recordar que todas estas reacciones son normales. En caso de pánico, tranquilizarlo y ayudarlo a normalizar la respiración.
Contenido elaborado por la RAP a partir de publicaciones de la Asociación Mexicana de Ayuda Mental en Crisis, AC.
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