lunes, 16 de mayo de 2011

´Lo que un profesor le diga a un niño en Primaria puede condicionar su futuro´

´Lo que un profesor le diga a un niño en Primaria puede condicionar su futuro´

La dislexia es casi invisible y se suele confundir con desgana o inmadurez. Que un niño tenga problemas para aprender no significa que sea incapaz, sino que hay que ayudarle con un diagnóstico y la metodología adecuada para evitar su fracaso escolar y frustración.

Entrevista. Ana Mª Martí Garrido

Que un niño llegue a la universidad o abandone sus estudios puede depender de un simple diagnóstico. Desde la Asociación de dislexia y otras dificultades de aprendizaje, Adixmur, piden a padres y docentes que ayuden a detectar y tratar la dislexia para mejorar la calidad educativa y de vida de los menores que la padecen. 

¿Qué es la dislexia?
Los niños con dislexia presentan dificultades para el aprendizaje. Por causas neurobiológicas, les cuesta mucho leer y, por lo tanto, escribir. También tienen complicaciones para interiorizar automáticamente las palabras y se les altera la memoria de trabajo, la atención y la percepción espacial. Además, si no se diagnostica, el niño empieza a sentirse mal, porque se esfueza mucho, pero no consigue resultados. Eso conlleva una pérdida de autoestima, ansiedad y hasta miedo a ir a clase. Algunos incluso tienen dolores de cabeza y estómago de asumir tanta presión para ponerse al nivel de sus compañeros de clase. 

¿Cuándo se puede detectar que un niño presenta esta dificultad para el aprendizaje?
En primero de Primaria, que es cuando empieza a leer y escribir. Además, esta etapa puede ser decisiva para el futuro de un menor. A esa edad, la diferencia entre que el profesor diga «qué niño más listo, qué bien lee» o «¿es que no sabes leer más deprisa?, puede condicionar la actitud del alumno ante toda una trayectoria escolar.

Entonces, es necesario que el profesor sepa que el menor tiene dislexia. 
Necesario no, imprescindible. Tanto los docentes como los padres deben saberlo, por eso es tan importante estar diagnosticado. Imagina un niño que pasa toda la tarde estudiando, esforzándose al máximo y al día siguiente, en el colegio le dicen que lo hace todo mal y luego en casa le riñen. Lo único que consigue con su trabajo y constancia es un refuerzo negativo y eso es muy frustrante. 

¿Quién tiene que establecer el diagnóstico?
Lo ideal es que tanto los padres como los profesores observen a los menores y, si encuentran algún índice de dislexia, hablen entre ellos. Luego tendrán que dirigirse al servicio de orientación del centro educativo. El problema es que la dislexia es casi invisible y muchos padres y profesores piensan que el menor es tonto o vago y no aprende más porque no estudia. Pero nada más lejos. No es que no quieran, es que no pueden. 

¿Existen muchos casos en la Región?
Por desgracia hay muy pocas estadísticas. Ahora se está trabajando más en el tema. Según una investigación realizada por el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica de Molina de Segura en 17 centros de la Región, el 10% de los estudiantes era disléxico. Estamos hablando de 2 o 3 niños por clase como mínimo. Es un número bastante significativo. 

¿Y qué se podría hacer para mejorar su aprendizaje?
Sería necesaria una adaptación en la metodología. Los disléxicos aprenden mucho mejor de forma sensorial, por ejemplo, con material audiovisual. El problema es que muchos profesores desconocen cómo deben actuar con los alumnos que presentan esta dificultad. En Murcia estamos dando pasos de gigante en comparación con otras comunidades, ya que estamos elaborando un protocolo con la finalidad de implantarlo en los centro educativos. 

¿En qué consiste el protocolo?
En la detección e intervención para la dislexia, que ayudará a mejorar el rendimiento de los alumnos. Lo está creando la comisión de trabajo sobre dislexia, integrada por miembros de Adixmur y por reputados profesores, psicólogos y pedagogos. Nos sentimos muy respaldados, porque contamos con el apoyo de la consejería de Educación. Además, el consejero Constantino Sotoca está muy implicado con el tema. 

Y mientras se pone en marcha, ¿qué pueden hacer los profesores por estos alumnos?
Por ejemplo, entregarle una copia de los apuntes, porque, al tomar notas, pueden escribir cosas que el profesor no está diciendo. Otro modo de ayudar sería asegurarse de que el niño ha entendido los epígrafes de las preguntas de los exámenes. Que quede claro que esto no favorecer al alumno, es darle las mismas oportunidades que tienen sus compañeros, porque ellos parten con desventaja. 

¿Y los padres?
Los padres son fundamentales. Tienen que darle cariño a su hijo, no presionarle y ayudarlo en todo lo posible. Entender y asumir que ese problema no desaparece, que hay que actuar para evitar sufrimiento. Aprovechando que hoy es el Día Internacional de la Familia, hago un llamamiento a los padres para que se muevan y, si no saben cómo hacerlo, que se pongan en contacto con la asociación a través de la web www.adixmur.org o del teléfono 670 526 187.

Fuente: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario